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¿CÓMO AYUDAR A TUS HIJOS A SENTIR EL GOZO DE LOGRAR?


¿CÓMO AYUDAR A TUS HIJOS A SENTIR EL GOZO DE LOGRAR?

 

 

La necesidad de logro es una de las más intensas y profundas. Es una sed del ser interno que no estará satisfecho y pleno mientras esta necesidad no se satisfaga.  Tiene que ver con la sensación de ser capaz, de poder, y en pocas palabras, de lograr. Produce un profundo gozo que proviene de nuestra naturaleza superior, que nutre todo el ser y que desafortunadamente no todos experimentan.

 

Por muy lamentable que parezca, somos los padres quienes muchas veces, lejos de ayudar a nuestros hijos a  sentir el gozo de lograr, les estorbamos en este proceso. Cada vez que hacemos las cosas por ellos, que les allanamos el camino, que les damos todo en charola de plata, les impedimos experimentar el gozo de lograr.

 

Veamos algunos ejemplos de la vida cotidiana: donde hay un niño tratando de abrir un paquete de galletitas, un juguete, etc., hay a su lado un padre o una madre quitándoselo de las manos mientras le dice: “haber, yo te lo abro”.  Por más insignificante que esto te parezca, al hacerlo le robas a tu pequeño el gozo de lograr, de sentir que puede y que es fuerte y capaz. Es difícil para los adultos comprender el gozo que experimenta un niño cuando puede lograr algo (lo que sea) por si mismo. Pero si  observamos sus reacciones, su lenguaje no verbal y el brillo en sus ojos cuando esto sucede, no nos quedará la menor duda.

 

Un hombre  de cuarenta y tantos años me contó que cuando tenía 26 se fue a vivir a otra ciudad porque ahí encontró un buen empleo.  Se sentía feliz y muy orgulloso de si mismo por estar siendo capaz de mantenerse y ser responsable de su propia vida.  A los dos meses de estar viviendo esta situación, su padre -que toda la vida fue un hombre extremadamente sobreprotector- le llamó y le dijo que le había depositado un dinero en su cuenta y que cada mes le depositaría lo de la renta.  El joven se sintió muy desilusionado; “sentí que mi padre me echó a perder esa experiencia que estaba disfrutando tanto y me estaba sirviendo mucho”, me dijo con tristeza.

 

Me llama la atención enormemente como después de haber escrito mi libro “Hijos tiranos ó débiles dependientes”, muchos jóvenes de ambos sexos lo han leído y me escriben diciendo algo como: “me reconozco como un hijo sobreprotegido; mis padres siempre me han solucionado y dado todo. Veo que soy débil e inmaduro ¡No quiero ser así! ¿Cómo le hago para ponerles límites y que dejen de sobreprotegerme?”  ¡Cuánto me impresionan estos correos! Y por si me quedara alguna duda, me confirman que los seres humanos necesitamos sentirnos capaces y sabernos fuertes y exitosos y nos estorba la ”ayuda” de otros, aunque estos sean nuestros padres. 

 

Por cierto, para no dejar este cabo suelto, te contaré lo que respondo a estos jóvenes: “en principio, dile a tus padres que necesitas que te dejen aprender y madurar y ya no te sobreprotejan. Ante cada intento de ellos de hacerlo, responde cosas como: déjame hacerlo, yo puedo. Yo me hago cargo, tú no me lo tienes que solucionar. No me digas cómo, yo lo quiero hacer a mi manera. No me des esto, no lo necesito. No lo pagues tú, yo lo quiero comprar por mi mismo. etc.”

 

Por el gran amor que le tienes a tus hijos, deja que hagan las cosas por si mismos, deja de sobreprotegerlos y facilitarles la vida, para que puedan sentir el gozo de lograr. 

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