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¿QUÉ HAY DETRÁS DE LOS CELOS?


¿QUÉ HAY DETRÁS DE LOS CELOS?

 

Los celos pueden resultar devastadores para quien los padece. Si bien generalmente los asociamos a la relación de pareja, también se pueden dar en cualquier otro tipo de relaciones: de trabajo, de amistad, entre hermanos y entre padres e hijos.

Hay diversos grados de celos, desde los que son una leve sensación relativamente fácil de manejar, hasta los que son tan intensos que rebasan la capacidad de controlarlos.  Esta clase de celos es una enfermedad, un tipo de neurosis que se conoce como “celotipia”. En ella se presenta cierto grado de paranoia, que conduce a construir historias que no son reales y sustentan y refuerzan el sentimiento de celos, así como una variedad de conductas asociadas con ellos.  

Pero, ¿qué hay detrás de los celos? ¿Qué lleva a una persona a ser atrapada por este sentimiento desgastante y torturante para todos los involucrados? La predisposición a volverse celoso se gesta desde la más tierna infancia y a continuación veremos las condiciones que lo provocan.

·       No se estableció una alta autoestima en el niño.  Esto pudo deberse a infinidad de razones: falta de amor, abandono, abuso, agresión, críticas, burlas, castigos humillantes, falta de contacto físico, rechazo, etc. Estas situaciones le mandan al niño el mensaje de “no eres valioso, bueno o digno de amor”, que llevará hasta la adultez. La persona con baja autoestima se considera tan poco valiosa, que siente que cualquiera es mejor.

·       Rivalidad y fuerte competencia con un hermano/a favorito de los padres, ante el cual, siempre se perdía. Cuando los padres no son justos con los hijos; cuando tienen favoritismos hacia uno de ellos; cuando el hijo no favorito simplemente no puede caer en su gracia, haga lo que haga, se gestará sin duda alguna un patrón de rivalidad con “todo aquello” que pueda representar esa dinámica vivida durante la infancia. De tal manera que esa mujer, ese hombre o esa actividad, se convierten simbólicamente en el hermano/a favorito y se vive de nuevo el dolor y rabia por perder, por no sentirse el más importante… otra vez.

·       Abandono físico o emocional de los padres, que les dejan el mensaje: “no eres lo suficientemente valioso como para que yo quiera quedarme a tu lado”.  El hijo entonces crece con la convicción de que si no posee, si no controla, si no ata, lo abandonarán, porque siendo tan poco valioso como se considera ser, nadie querrá estar a su lado. 

·       Cuando se ha vivido el rol de “esposa” del propio padre.  En las hijas cuyos padres toman simbólicamente como pareja, dándoles más atención que a su propia esposa,  se gesta un patrón de relación triangular, que dentro de la familia se refleja en una secreta rivalidad y competencia con la madre, por la atención del padre. Posteriormente, se generalizará a su relación de pareja en la que querrá seguir siendo la reina, la especial, la única vista, la más importante, como lo fue para su padre. Esto la llevará a sentirse celosa de toda aquella o todo aquello que atraiga la atención de su hombre.    

La persona que padece celos necesita ayuda profesional.  La terapia psicológica le podrá servir para encontrar las herramientas y recursos necesarios para sanarlos.  El apoyo de la pareja será de gran utilidad; reaccionar ante los episodios de celos de la manera que el terapeuta recomiende según el análisis del caso, ayudará de forma invaluable en el proceso de superarlos.

Desarrollar los propios talentos, y trabajar en reconstruir su autoestima, contribuirá en gran medida a que la persona celosa pueda lograr la paz y estabilidad emocional que tanto desea. Hace unos días una pareja de pacientes me comentaron que hace algunos años ella solía ser extremadamente celosa. Por azares de la vida comenzó a llevar a cabo ciertos proyectos personales, como poner un negocio que ha prosperado hasta convertirse en 5, gracias a su gran capacidad. Los celos desaparecieron como por arte de magia, y ni siquiera recuerdan exactamente cuándo o como.  Es claro que al percibirse a si misma como valiosa, capaz, talentosa, etc. no tenía ya razones para sentirse inferior a nadie.

Cuando los celos son extremos, estamos hablando de una obsesión y debe ser tratada como tal. Esto significa que se requiere el apoyo de un psiquiatra. No porque la persona esté loca (muchos asocian psiquiatra con locura), sino porque es este especialista quien está mejor capacitado para evaluar y medicar dicho padecimiento. Las obsesiones en la gran mayoría de los casos, requieren medicación, y cuando los celos alcanzan este nivel, la medicación aliviará el intenso dolor que puede significar cargar con ellos día con día.

Como siempre recomiendo, hay que abrirnos a reconocer cuando necesitamos ayuda y a buscarla. La vida no está hecha para pasarla sufriendo, sino para aprender de cada una de nuestras experiencias y descubrir a través de ellas lo que necesitamos atender de nuestra vida, y así poder disfrutarla y valorarla, en lugar de sufrirla.  No hay mejor regalo para los hijos, que vivir con padres sanos y felices.

 

 

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