¿POR QUÉ DAÑAN TANTO LOS SECRETOS FAMILIARES?
Entiéndanse como “secretos familiares” todas aquellas vivencias o sucesos que ha vivido una parte de la familia o alguno de sus miembros, de los cuales no se habla y se mantienen ocultos al resto de la constelación familiar.
Puede tratarse de suicidios, asesinatos, abortos, quiebras económicas, hijos fuera del matrimonio, enfermedades mentales o físicas, incestos, muertes trágicas, hijos que son de otro padre/madre, y cosas por el estilo. Cualquiera que sea el suceso, se mantiene oculto y secreto porque se considera vergonzoso y malo. El o los miembros de la familia que fueron parte de él lo conocen por supuesto, pero como mencioné, se mantiene en secreto para el resto del sistema familiar.
¿Por qué dañan tanto los secretos familiares?
Una razón es, que es imposible, y enfatizo, ¡imposible! que las cosas, -sean cuales fueren- puedan mantenerse ocultas para los miembros de la familia. En un nivel inconsciente, siempre lo saben, todos lo saben. Cuando algo se conoce en el nivel inconsciente y en el consciente se niega o se pretende que no existe, la persona entra en una tremenda confusión y angustia, ya que se encuentra atrapado entre lo que siente y lo que le dicen que es, o entre lo que percibe “visceralmente” y una realidad que le refleja que aquello no existe. Ni siquiera sabe de qué se trata, sólo siente un constante e inexplicable desasosiego.
Para comprender esto debemos recordar que existen varios niveles de comunicación entre las personas. El más denso –llamémosle así- es el verbal, y el que casi todos identifican como “comunicación”. Pero existen otros como el no verbal o corporal, la telepatía y el nivel más profundo y sutil que me gusta llamarle “comunicación entre las almas”. Sólo en el nivel verbal podemos mentir, porque los otros provienen de nuestro inconsciente o de nuestra alma, y en esos niveles, es imposible no comunicar, TODA LA VERDAD… Para concretizar este punto entonces, aun cuando no hayamos expresado con palabras ese “secreto”, y aun cuando haya sucedido en varias generaciones anteriores, esa información se encuentra en el inconsciente colectivo familiar, de manera tal que todos los miembros de la familia lo saben en ese nivel.
Otra razón por la cual los secretos familiares dañan, es porque esa vivencia oculta y no sanada, se convertirá en un patrón que se va a repetir de generación en generación. Dicho de otra forma, seguirán repitiéndose los suicidios, los abortos, los incestos, etc., hasta que en algún eslabón de la cadena generacional, un miembro de la familia que experimente esa vivencia, decida sacarla a la luz y sanarla, y entonces liberará a las generaciones que siguen de seguirla repitiendo y al mismo tiempo redimirá y reivindicará a las generaciones anteriores.
En algunos casos, es necesario abrir un secreto familiar dentro de un contexto que de seguridad y contenga a la familia y las posibles reacciones emocionales que puede haber, cuando este es demasiado fuerte. Así pues, el consultorio de un terapeuta fuerte y muy maduro, o la oficina de un sacerdote también muy maduro y sabio, serán lugares adecuados para hacerlo.
Hace poco, los padres de una familia que he atendido decidieron revelarle a su hijo mayor, de 30 años, que es de otro padre. Todo hijo tiene derecho a saber de dónde viene y conocer su historia, sus raíces, su pasado. (Por cierto, los hijos cuyo padre o madre no es el que ellos suponen, y se les miente al respecto, son por lo general un verdadero desgarriate. Es entendible el porqué) Yo les recomendé a estas personas que le hablaran de esto a su hijo dentro del contexto del consultorio de un maravilloso y fuerte terapeuta hombre, que conozco. Yo también estuve ahí como co terapeuta.
El conocer un secreto familiar por lo general no es suavecito ni cómodo, pero si, sumamente liberador y sanador para todos. El que lo lleva guardado se libera de tan pesada carga, el que lo desconocía se libera de la incertidumbre y desasosiego del que aunque no es consciente, experimenta constantemente toda la vida. En el caso que menciono, las reacciones de padres e hijo fueron las esperadas, pero el apoyo terapéutico que se les dio para procesarlo fue muy valioso y útil para todos.
En conclusión, la verdad sana y libera, los secretos destruyen y enferman. Nada debe estar oculto, sino permitirle ser bañado con la luz del sol, mostrarse a la luz del día tal como fue, como es. Sea lo que sea que una familia haya vivido, es parte de su historia, y su historia es sagrada.