Temas para vivir mejor

USANDO A LOS HIJOS COMO EXCUSA


Usando a los hijos como excusa

 

 

“Los niños ya tienen sueño”. Decimos a veces como una broma, cuando abiertamente queremos justificar el hecho de que ya nos queremos retirar de algún lugar. Estén o no presentes los niños, todo mundo entiende que en broma estamos usándolos como excusa. Ojalá así de abiertas y claras fueran las otras ocasiones en que también lo hacemos.

 

Si tú eres una de las personas que se quejan constantemente de lo “malo” que es tu esposo/a, yo te pregunto: “¿por qué sigues con él/ella?” Y tal vez me responderás lo que casi todos responden: “Por mis hijos”.

 

Y yo no dudo que sea verdad, pero  por favor reconoce que, si de veras te importan tanto tus hijos, hasta el punto de que “te sacrificas por ellos” tolerando  una relación en la que dices sufrir tanto, entonces harías ¡TODO!, hasta lo imposible por enfrentar y resolver tus problemas de pareja y darles a tus hijos un hogar donde crecer, en el que sus padres en lugar de gritarse, rían; en lugar de odiarse, se amen; en lugar de ensuciar su  imagen mutuamente, se respeten; en lugar de generar estrés y angustia, generen paz y seguridad. 

 

¿No será que hay otras razones para que sigas en esa relación, que no tienen nada que ver con tus hijos y todo que ver con tu propia conveniencia  o ganancias secundarias? 

 

En una ocasión, ante sus constantes quejas y actitud de víctima respecto a su “malvada”  esposa, le pregunté a un paciente con dos hijos adolescentes, cuál era la razón por la que seguía con ella. Obviamente me respondió que por sus hijos. Me dijo: “Martha, ya que mis dos hijos son adolescentes y varones, si me separara lo mejor para ellos sería que vivieran conmigo. ¿Y cómo voy a dejarlos sin madre?

 

Luego siguió con su lista de quejas y unos minutos después me dijo: “¡cómo quisiera que ella conociera a algún hombre, se enamorara y se fuera con é!”. 

 

“Si eso sucediera ¿entonces no te importaría que tus hijos se quedaran sin madre?”. Le pregunté. ¿No será que lo que quisieras es que ese hombre viniera a ‘hacerte la tarea’ y entonces tú quedarías ante los ojos de los demás como héroe, como el pobre hombre cuya malvada esposa abandonó con todo e hijos por irse con otro, en lugar de asumir tu propia responsabilidad con su consecuente culpa, por tomar tú mismo la decisión de separarte?”.

 

Una hermosa mujer se quejaba de su marido con mucha rabia porque él, decía ella,  simplemente la usaba. “Me usa para lucirse conmigo en la calle y en los eventos de la importante compañía donde trabaja; me usa para que le cocine y le tenga al día sus elegantes trajes. No le importo yo, no me ama, sólo me necesita, sólo me usa.”

 

Ya sabes lo que respondió cuando le cuestioné las razones por las que seguía con él: “por mis hijos”.  Le pedí que se tomara unos momentos para responder y que fuera verdaderamente honesta consigo misma al hacerlo. “Me da pena Martha, pero la verdad es que yo no me sabría mantener sola. Estoy con él porque me mantiene y ¡muy bien!”, me respondió.  

 

La felicité por su honestidad y le dije: “¡Quién es entonces el malo y quién el bueno? Tú lo usas para que te mantenga y él te usa para esas cosas que comentas. No hay víctima ni verdugo, simplemente un juego que los dos están jugando, usándose mutuamente. ¿Por qué no cambias tu percepción de la situación y la ves como que todo “lo que te hace” es simplemente el precio que pagas a cambio de que te mantenga?

 

Y así, muy probablemente cada uno encontraremos verdades de éste tipo cuando usamos a nuestros hijos como excusa para justificar el hecho de quedarnos en esa relación enferma. Por favor reconócelo… ¿No será que “aguantas” por la necesidad de que te mantengan, por el miedo a vivir sólo, porque tienes una imagen social que cuidar,  por la comodidad económica en la que vives, por el apellido importante que esa relación te da y que quieres conservar a cualquier precio o hasta por simple flojera?

 

Y no estoy promoviendo que te separes; te estoy invitando a ser honesto contigo mismo/a y  tomar tu responsabilidad de seguir en esa relación porque así te conviene, en lugar de  usar a tus hijos como excusa.

 

¡Es tan importante reconocer éstas verdades! Porque si pones sobre tus hijos la pesada carga de que sufres en tu relación y te aguantas  “por ellos”,  les generas una culpa que no les toca, que no es justa porque no es cierto. Si esa culpa hablara diría: “Mi madre/padre está sufriendo, pero se aguanta y se sacrifica por mí. Por mi culpa no puede ser feliz.”  Y hasta tú te la llegas a creer y generas un resentimiento hacia ellos: “por mis hijos estoy aquí sufriendo… me deben algo”, e inconscientemente se las vas a cobrar.

 

Y déjame decirte esto: ¡SE VALE! Se vale que sigas en esa relación por que de mil y una formas te conviene; lo que no se vale es seguirte quejando. Por favor date cuenta, no te engañes, no uses a tus hijos para justificarlo. 

 

Así también, una madre o padre que ha sufrido la pérdida de su pareja por divorcio o abandono, con todo el dolor que esto conlleva, puede igualmente  usar a sus hijos como excusa para no involucrarse en otra relación, porque tiene miedo de sufrir. Y en lugar de enfrentar ese miedo y sanarlo, o por lo menos reconocerlo, les adjudica a sus hijos la responsabilidad, diciendo que no se casa de nuevo o se involucra en otra relación, por  ellos.

 

Sobra decir que esta también es una pesada carga para los hijos, quienes, consciente o inconscientemente, se sentirán culpables por estar impidiendo la felicidad de su madre o padre. 

 

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