Temas para vivir mejor

Las causas del insomnio y sus consecuencias


Lamentablemente, hay muchas personas en el mundo que, por propia experiencia, podrían enlistar puntualmente las consecuencias del insomnio. La Organización Mundial de la Salud lo considera un problema de salud pública, debido a que el 30% de la población mundial lo padece. 

 

Si una persona no logra dormir suficientes horas ni de manera profunda durante sus noches, no logrará el descanso necesario para funcionar adecuadamente en sus actividades cotidianas, ni su cuerpo podrá llevar a cabo las múltiples funciones de recuperación, regeneración y balance que realiza cada noche. Por ello, en corto tiempo se comenzarán a presentar las consecuencias:

 

-       Cansancio extremo y debilidad durante el día

-       Irritabilidad y mal humor

-       Desmotivación

-       Problemas en sus relaciones sociales

-       Dificultad para concentrarse

-       Desgaste físico y mental significativo y, por lo tanto, bajo rendimiento en ambos ámbitos

-       Afectación en su desempeño académico y/o laboral

-       Incapacidad de tomar decisiones, debido a que la corteza prefrontal, que se encarga de estos procesos, no reacciona adecuadamente.

-       Alteraciones en el metabolismo que puede llevar a sobrepeso o a obesidad.

-       Dolor en los músculos

-       Confusión

-       Pérdida de memoria

-       Dolores de cabeza

-       Desequilibrio en la producción de insulina, con riesgo de desarrollar diabetes tipo 2

-       Depresión

-       Temblor en las manos

-       Aumento de la presión sanguínea

-       Desajustes hormonales 

-       Afectación del sistema inmunológico, haciéndose más vulnerables a enfermedades

-       Mayor riesgo de accidentes al conducir un vehículo o al operar una máquina, ya que los reflejos y capacidad de atención no están en su nivel óptimo

-       El rostro luce cansado, demacrado; aparecen ojeras y la piel se reseca

-       Afectación de las funciones sexuales y baja en la libido

 

Sobra aclarar que dichos síntomas irán minando cada vez más la habilidad de la persona para funcionar de manera saludable y eficiente en su vida.  

 

Diversos experimentos de privación del sueño han mostrado que cuando a un organismo, ya sea humano o animal, se le impide dormir, pueden aparecer alteraciones neurológicas como alucinaciones, ataques epilépticos, e incluso, la muerte. 

 

En diversas épocas de la historia humana, la privación del sueño ha sido usada como método de tortura; podemos imaginar lo terrible que esta situación puede ser, y comprender cómo el insomnio crónico se le parece.

 

Pero ¿qué hay detrás del insomnio y qué lo hace tan complejo y con frecuencia difícil de resolver?

 

Como mencioné con anterioridad, existen diversos factores que se consideran causantes del mismo. Algunos son de índole biológico y otros de naturaleza psicológica. Estos últimos conllevan aspectos emocionales y mentales concernientes al individuo y también otros aspectos más complejos que involucran diversos factores familiares y sociales.

 

Algunos de los factores biológicos que pueden ser causa de insomnio son los cambios hormonales, la obesidad, los efectos secundarios de ciertos medicamentos, el exceso de nicotina, cafeína o alcohol, los altos niveles de estrés que provocan un desequilibro químico en el cerebro. También algunas enfermedades como el cáncer, la diabetes, enfermedades cardíacas, asma, el reflujo gastroesofágico, hipertiroidismo, Parkinson y Alzheimer. Desafortunadamente, se crea un círculo vicioso en el que los mencionados trastornos provocan insomnio y a su vez, el insomnio intensifica y perpetúa dichos trastornos. 

 

Estudios recientes evidencian que el cerebro de una persona que padece insomnio pareciera ser incapaz de identificar y reaccionar a los ciclos circadianos, que de manera natural facilitan el poder dormir cuando llega la hora.

 

Los ciclos o ritmos circadianos son los relojes biológicos que están presentes en cada organismo viviente. En períodos de aproximadamente 24 horas, estos regulan las funciones dentro del organismo, como la producción de hormonas, la temperatura corporal, la tensión muscular, funciones cardiovasculares, la presión arterial, y las funciones del aparato digestivo. Los ciclos circadianos tienen influencia no sólo en la biología sino en las emociones, la mente y las conductas del individuo. Si bien son relojes biológicos endógenos, o sea que suceden dentro del individuo, se ven fuertemente influenciados por factores ambientales como la luz y la temperatura.

 

En lo relativo al sueño y la vigilia, los ciclos circadianos tienen una función clave que nos conviene analizar para comprenderla. En nuestro maravilloso y fascinante cuerpo humano, existe el llamado núcleo supraquiasmático (NSQ), que es el centro principal, el reloj maestro que regula los ciclos circadianos. Está localizado a la altura del entrecejo sobre los nervios ópticos, por lo cual a través de los ojos recibe información sobre la luz, y cuando esta disminuye o se ausenta, el NSQ estimula al cerebro para que le indique a la glándula pineal que elabore más melatonina, la hormona del sueño. La producción de melatonina baja en el día y aumenta en la noche, debido al cambio en la luminosidad. De aquí se desprende que, a las personas insomnes, con frecuencia se les recomienda tomar melatonina antes de ir a dormir, con el fin de que induzca el sueño de manera natural. En muchas ocasiones funciona; en otras, la situación es más compleja y requiere una intervención más integral.

Otros factores que pueden causar insomnio son los múltiples malos hábitos que muchas personas tienen, como el que antes de dormir realicen actividades que las estimulan y lea ponen en estado de alerta (chats, videojuegos, películas de suspenso o acción). Muchas personas trabajan con su computadora en la cama. ¡Gran error! El lugar de trabajo es para eso, el lugar de descanso es para ese fin; cada actividad en su lugar y un lugar para cada actividad. 

Otro muy mal hábito sumamente común hoy en día, es el uso excesivo de teléfonos celulares o tablets justo antes de dormir; peor aún, dormir con ellos al lado en la mesita de noche. Hablaré con más detalle sobre este punto en el capítulo 5 “Soluciones y propuestas”.

 

Otro mal hábito que puede ser causa de insomnio es cenar en exceso, y peor aún, alimentos pesados cargados de grasa que pueden causar acidez estomacal o cualquier otro tipo de molestias. Más detalles sobre este punto en ese mismo capítulo 5. 

 

En conclusión, los seres humanos estamos perfectamente diseñados para llevar a cabo todas las funciones de la vida – incluyendo el dormir- que son necesarias para mantener un armonioso equilibrio físico, emocional y mental. Cuando no sucede así, hay algo que no está funcionado adecuadamente y nos está pidiendo nuestra atención y la toma de las acciones necesarias para resolverlo y recuperar la homeostasis. No te acostumbres jamás a vivir en desequilibrio. No llegues a la conclusión de que eso es lo normal o que eso es lo que a ti te toca. Jamás te des por vencido en el convencimiento de que tu trastorno tiene solución y en mantener encendido ese motor interior que te lleve a tomar las acciones necesarias para encontrarla. 

 

 

 

 

 

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