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¿CÓMO AYUDAR AL HERMANO MAYOR, A SUPERAR EL DUELO POR EL HERMANO MENOR?


¿CÓMO AYUDAR AL HERMANO MAYOR, A SUPERAR  EL DUELO POR EL HERMANO MENOR?

 

 

Cuando en la familia nace un nuevo bebé, es común que el hermano mayor sienta celos; las manifestaciones que estos toman, varían en gran medida y grado; a veces se trata sólo de una ligera reacción, pero en otras ocasiones llega al punto en que hay que observar de cerca al hijo mayor, porque puede agredir al bebé.

 

Los sentimientos del hermano mayor son totalmente comprensibles, ya que de la noche a la mañana aparece un intruso que le roba la atención y los brazos de mamá y papá, sobre los cuales antes tenía exclusividad.

 

A veces en el proceso de duelo del hijo mayor, se presentan regresiones, es decir, que retrocede en etapas que ya había logrado superar, por ejemplo, se vuelve a orinar en los pantalones, comienza a chuparse el dedo, habla “chiqueado”, quiere que se le de biberón, etc.

 

Aunque todas esas reacciones son normales,  es muy importante que los padres lo manejen de manera adecuada, ya que el no hacerlo puede reforzar esa conducta, alargar el período que dura y complicar las cosas para ambos hijos, o incluso para toda la familia. Cuando estos duelos son mal manejados, los celos pueden durar muchos años y se convierten en una rivalidad fuerte entre los hermanos, que a veces los acompaña durante toda la vida. Una gran cantidad de adultos nunca superaron ese duelo del hermano menor y siguen atorados en esa etapa, rivalizando fuertemente entre si.

 

Algunos padres acostumbran comprar un regalo para el hermano mayor, desde antes de que nazca el bebé y cuando este llega, se lo dan en su nombre, diciéndole que su hermanito lo trajo consigo, para él.  Eso está muy bien; no obstante, a continuación añadiré algunas otras recomendaciones que pueden ser útiles a los padres que están viviendo esta experiencia.

 

La idea básica es hacer cosas que hagan sentir “incluido” al hijo mayor, ya que tiende a sentirse “excluido”, puesto que hay muchísima atención dirigida hacia el bebé, no sólo por parte de los padres, sino de los amigos de éstos y el resto de la constelación familiar. De acuerdo a la edad y  las posibilidades del hijo mayor, hay que pedirle que nos ayude o se encargue él mismo, de cosas como preparar el biberón, (o por lo menos agitarlo),  de ponerle el talco al bebé cuando se le cambia el pañal, ayudar a bañarlo y vestirlo, etc. También hay que decirle cosas como: “mira cómo te ve tu hermanito, le gusta mucho verte” “Cuando te acercaste a él dejó de llorar”, etc., aprovechando cada circunstancia que se preste para hacerle comentarios de este tipo al hijo mayor, de manera que sienta que su hermanito lo quiere, le gusta que se le acerque, etc.

 

Otra cosa que ayudará muchísimo, es que los padres, de acuerdo a su tiempo y  posibilidades, dediquen ciertas horas cada día, cada dos, o por lo menos una vez por semana, a estar solos con el hijo mayor (mientras más frecuencia, mejor). Y hay que informárselo explícitamente, diciéndole algo como: “todos los jueves en la tarde tú y yo nos vamos a ir solos a pasear a donde tú quieras. El bebé no va a ir, porque quiero estar contigo nada más, como antes de que naciera el bebé”. Sobra decir la importancia que tiene el cumplir lo prometido y darle el cien por ciento de su atención durante ese tiempo. El hijo mayor sentirá que tiene ese espacio sólo para sí mismo con mamá, papá o ambos, y no tiene que compartirlos con nadie más.

 

Y finalmente, recordemos decirle al hijo mayor palabras amorosas, abrazarlo y reconocerle todo lo bueno que hace. Con todos estos sencillos manejos por parte de los padres, sin duda transitará por esa etapa, la superará y podrá disfrutar de la dichosa bendición que es tener un hermano.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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