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¿CUÁLES COMPORTAMIENTOS DESTRUYEN LA RELACIÓN DE PAREJA?


¿CUÁLES COMPORTAMIENTOS DESTRUYEN LA RELACIÓN DE PAREJA?

 

 

Un paciente, profundamente acongojado y nostálgico por los “buenos tiempos” entre él y su esposa,  me dijo: “¿qué nos pasó? ¡Estábamos tan enamorados!” 

 

Estoy segura de que muchas parejas se cuestionan lo mismo y casi todos nos preguntamos que es lo que lleva a que, donde antes hubo amor, ahora hay resentimiento o hasta odio; donde hubo ilusiones y esperanzas, ahora hay desilusión y desconfianza.   ¿Qué le sucedió a una pareja para que llegue a tan devastadora situación?

 

Puede haber sin duda innumerables factores y en este espacio deseo comentar algunos, con el deseo de que podamos tomar conciencia de ellos y mejor aun, hacer algo al respecto.

 

Uno que nos atrapa a la mayoría de los seres humanos, es el propio ego, cuando le permitimos manejar nuestra vida y convertirse en el amo y señor de nuestros actos y decisiones. El ego no es “malo”, el problema es que lo desconectamos de nuestra naturaleza superior, que es quien debiera tener el señorío de nuestra vida, y se la cedemos a aquel. En estas circunstancias, se convierte en un mal consejero y mal guía.

 

En la relación de pareja, el ego dominante nos lleva a plantearnos insanos, inmaduros y bajos cuestionamientos como: “¿Por qué le he de pedir perdón si él/ella no me lo pide?  ¿Por qué le he de decir que le amo si a mi no me dice? Que sea él/ella quien lo haga primero y luego lo haré yo”. Esta actitud nos atrapa en un círculo vicioso de dolor, venganza y luchas de poder, que sólo causan dolor a los involucrados.

 

Otros factores que contribuyen al deterioro de la relación de pareja, son la incapacidad de “ponernos en los zapatos del otro” y la incapacidad de “ver desde afuera” una situación. Lo primero nos conduce a comprender los sentimientos y acciones de nuestra pareja, que son producto de sus heridas de la vida. Lo segundo nos lleva a tomar la responsabilidad de la parte que nos toca en un conflicto o cualquier otra situación, haciéndonos concientes de nuestras acciones y palabras que propiciaron el flujo de la dinámica/conflicto  entre ambos y las reacciones del otro. Por ejemplo: para que haya un abusador, se necesita alguien que lo permita, para que haya un verdugo se precisa una víctima,  para que haya un irresponsable se requiere un rescatador, etc. Al ver “desde afuera”, nos damos cuenta de que no hay malos ni buenos en nuestra historia de pareja, simplemente, ambos jugamos un juego en el que cada quien hace su papel.

 

Tal vez soy una optimista incurable, pero yo tengo la convicción de que cuando tenemos la voluntad, todo se puede lograr. Esto también se aplica en la relación de pareja.  Invertir tiempo, esfuerzo y todo lo necesario para repararla cuando se ha deteriorado, es una de  las mejores inversiones en la vida. Esto es posible cuando ambas partes lo desean y tienen el suficiente amor y convicción de seguir juntos.

 

 

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