Temas para vivir mejor

La Culpa


Tal como lo comenté en el capítulo 1, nuestros hijos pueden sentirse culpables por creer que pudieron haber hecho algo para evitar el divorcio de sus padres, o que ellos de alguna manera lo causaron. A veces lo razonan de forma consciente y abierta, pero en la mayoría de los casos sucede a nivel inconsciente. 

 

1.- Como anteriormente recomendé, es necesario que los padres verbalicemos esa dinámica, dejándoles bien claro que nuestra decisión de divorciarnos no tiene nada que ver con algo que ellos hayan hecho, que ellos no son responsables por ella y que sólo nosotros los padres somos responsables de nuestra decisión. Este simple manejo tiene poderosos efectos en el logro de nuestro objetivo de liberar a nuestros hijos de las culpas que no tienen.

 

2.- Alerta con los comportamientos “auto punitivos”. Si nuestros hijos (de cualquier edad) se quedan atrapados en esa infundada, pero para ellos real culpa por el divorcio de sus padres, muy probablemente desarrollarán ciertos comportamientos auto punitivos, lo cual significa que de manera inconsciente se castigarán a sí mismos, tal como le sucede por lo general a cualquier persona cuando siente culpa. Ese auto castigo puede presentarse en un amplio abanico de formas: lastimándose físicamente con mucha frecuencia al caerse, golpearse, cortarse, etc.; haciendo cosas que le van a acarrear regaños o castigos de sus padres o maestros; echándose a perder un paseo, una fiesta o cualquiera de las cosas  buenas y agradables que la vida u otras personas le dan. 

 

Sea cual fuere la forma que toma el auto castigo, este funge como una especie de mecanismo de compensación inconsciente a través del cual se pretende pagar las “cuentas” que creemos que debemos, o auto sabotearnos las cosas buenas que suponemos que no merecemos. 

 

3.- Verbalizar el auto castigo que están actuando. Lo primero es darnos cuenta de que nuestro hijo se está auto castigando. Verbalizarlo es una herramienta muy útil, que los ayuda a volverse conscientes de ello y poder detener el patrón de auto castigo. Convendría decirle, de acuerdo a su edad, que notamos que constantemente se cae, corta, o lastima, o que está haciendo muchas cosas que le están acarreando regaños y cosas desagradables tanto en la escuela como en casa. Luego le explicaremos que las personas a veces hacemos eso para castigarnos porque nos sentimos culpables. 

 

4.- Utiliza la valiosa herramienta de los cuentos.  Estos pueden ser nuestros grandes aliados para dar a nuestros hijos todo tipo de mensajes y en este caso específico para ayudarlos a superar no sólo la culpa, sino todos los sentimientos relacionados con su duelo por el divorcio, a través de un proceso de identificación, es decir, que al identificarse (permítaseme la redundancia), con el personaje del cuento que logra vencer al dragón, o encontrar la salida o tal vez salvarse de las garras de la bruja, el niño recibe indirectamente el mensaje de que si el personaje del cuento pudo resolver el problema, de seguro él también puede.

 

Esto funciona con niños pequeños, digamos menores de 6 años, y se trata simplemente de  contarles cuentos en los que el protagonista está viviendo alguna experiencia que lo puso triste, o enojado, o que lo hace sentir culpable o temeroso.  El personaje del cuento lo enfrenta así y lo supera de tal y tal forma.  Usa todos los elementos que forman parte de los cuentos: magia, seres míticos, cuevas, laberintos, varitas mágicas, etc. y asegúrate de que el final sea uno, en el cual el protagonista sale victorioso de su situación.  Tal vez también encuentres algunos cuentos de los muchos que ya existen, que se puedan adaptar a lo que te interesa manejar con tu hijo. 

 

Por otra parte, los cuentos le permiten que, de una manera socialmente aceptada, pueda expresar sentimientos “inaceptables” hacia figuras con quienes es inadmisible tenerlos. Por ejemplo, como ya lo mencioné, es normal que un niño a veces sienta coraje con mamá o papá, pero no es permitido expresarlo, ni siquiera reconocer para sí mismo,  que lo siente. En los cuentos se presenta el personaje de la bruja, el hechicero o la madrastra  -malos todos ellos-, para personificar esos sentimientos hacia los padres, que son inaceptables y vergonzosos. Así pues, con  la bruja, la madrastra o el malvado hechicero, sí se vale estar enojado.

 

Otra faceta interesante que tienen los cuentos, es que están plagados de símbolos que el inconsciente no sólo de los niños, sino también de los adultos, entiende perfectamente, aunque conscientemente no los comprenda o ni siquiera los note. Como ejemplo de esto, están las hadas madrinas y los magos, que representan la propia sabiduría y potencial interior; las palabras mágicas que abren puertas o transforman algo, simbolizando el poder del verbo, la palabra; los príncipes azules que rescatan a la princesa y viven felices para siempre,  significando la importancia de armonizar los opuestos, la parte femenina y masculina dentro de sí mismo.

 

5.- Inventar sus propios cuentos. A los niños les encanta inventar cuentos, al hacerlo, mientras papá y/o mamá escucha con atención, verbalizarán sus propios conflictos emocionales, proyectados en los personajes y situaciones del cuento;  esto funge como una forma de catarsis que les permite procesar dichos conflictos o sentimientos.

 

A continuación presentaré de nuevo la propuesta clave que ofrecí en el capítulo 1, para dejar bien claro a nuestros hijos que nuestro divorcio no es culpa de ellos.

 

 

Propuesta clave:

 

 “Tu mamá/papá y yo, hemos decidido divorciarnos porque no somos felices juntos. Ustedes no tienen la culpa de esto. No es porque ustedes hayan hecho o no hayan hecho algo; nosotros así lo decidimos porque consideramos que es lo mejor”.

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