Siendo la adicción uno de los mayores problemas humanos que enfrentamos en la actualidad, me parece lamentable la gran ignorancia que hay al respecto no sólo entre las personas en general, sino también entre los profesionales de la salud como médicos, psicoterapeutas, consejeros y trabajadores sociales. Ignorancia que lleva a las primeras a juzgar y despreciar a los adictos y a los segundos a mal diagnosticar, mal aconsejar y mal manejar los casos de los pacientes adictos, tal como yo lo hice antes de estudiar la enfermedad.
Hay en mí un profundo y genuino interés en mostrar, en éste espacio, los resultados de las investigaciones más avanzadas en materia de adicciones.
¿Para qué? porque del conocimiento nace la comprensión; de la comprensión nace la compasión; de la compasión nace la sabiduría y de la sabiduría nacen los cómos, los caminos adecuados para manejarlo.
La compasión no tiene nada que ver con lástima, son tan diferentes como el blanco y el negro. La lástima proviene del ego y está movida por un sentimiento de superioridad: “pobre de ti; eres inferior a mí; yo si sé, yo sí puedo, yo sí lo hago bien, tú no”.
La compasión proviene de nuestra Naturaleza Superior y está movida por la misericordia y por el amor y como tal, conlleva la capacidad de, a veces no ayudar, porque sé que tú puedes, a veces no decir, porque sé que tú sabes y que eres tan valioso y sabio como lo es todo ser humano. Cuando tengo compasión por ti te acompaño con amor y respeto en lo que estás viviendo, pero no me entrometo entre tú y la experiencia profunda de tu alma.
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Qué es la adicción?
Hace unos días comenté en una conferencia cómo cambiaría nuestra vida y nuestras relaciones si pudiéramos ver “con los ojos del alma” a todo y todos los que nos rodean. Pedí a los asistentes que pusieran un ejemplo de una situación en la cual una persona cercana está mostrando un comportamiento que consideran insoportable o despreciable.
Una señora dijo: “cuando mi marido alcohólico llega cayéndose de borracho”.
Luego pregunté: ¿qué pasaría si pudieras ver en ese momento a tu marido como una individualización de Dios, o dicho de otra forma: Dios “experimentando” la vivencia de ser un alcohólico?
Si bien creo profundamente en ésta afirmación que hice, sé que puede sonar muy fuerte para muchas personas. Pero lo que me dejó sin aliento fue la reacción de la audiencia en general cuando pedí que pasaran el micrófono para escuchar sus comentarios:
“Ahí no está Dios. En un borracho no está Dios”
“Eso no puede ser, Dios es perfecto”.
“Me resisto a aceptar eso, porque un alcohólico es malo y vicioso”
etc., etc., etc……
Me dieron ganas de sentarme a llorar…
Llorar de dolor e indignación por la crueldad de esos juicios y por la ignorancia tan impresionante que se tiene respecto a la terrible enfermedad de la adicción.
Sí, ¡LA ADICCIÓN ES UNA ENFERMEDAD!. Y Aunque en la actualidad hay numerosos estudios que fundamentan ésta realidad, hay aún muchas personas que se resisten a aceptarlo. Por alguna razón prefieren seguir considerando a los adictos como malos, débiles, viciosos y pecadores, que como enfermos.
La enfermedad llamada adicción tiene ciertas características que la definen:
ES PRIMARIA. Esto significa que no es consecuencia de otros factores o de otra enfermedad.
ES PROGRESIVA: en la medida que pasa el tiempo y la persona continúa consumiendo, la dependencia se vuelve más severa y mayores son los daños en todas las áreas de la vida del adicto y de los que le rodean.
ES INCURABLE: Aunque el adicto deje de consumir durante años, si lo vuelve a hacer quedará nuevamente “atrapado”.
PUEDE SER MORTAL: Para el adicto, por los dramáticos efectos que las sustancias causan en su cuerpo, o por accidentes; o para otros a quienes les puede causar la muerte al manejar bajo los efectos del alcohol o las drogas, o en otras circunstancias como una pelea, etc. El riesgo de llegar a éste punto puede ser evitado sólo si el adicto deja de consumir y se involucra en un proceso de recuperación.
ES SISTÉMICA: Muchos contribuyen a alargar o perpetuar la etapa de consumo, como ya lo revisamos en el tema de codependencia.
ES TRATABLE: ¡Esta es la gran noticia!. Es posible para el adicto vivir una vida sana, feliz y con calidad, lejos del alcohol y/o las drogas.
Así mismo, como toda enfermedad, la adicción tiene claros signos y síntomas que la caracterizan:
NEGACIÓN: El adicto no reconoce que tiene un problema con su forma de beber o consumir drogas, ni las consecuencias negativas que esto está ocasionando en todos los aspectos de su vida. Miente respecto a su consumo y lo justifica diciendo que lo hace por tal o cual razón y que puede dejarlo en el momento que quiera.
PÉRDIDA DE CONTROL: En algunos adictos se presenta más rápido que en otros y se caracteriza por la incapacidad de la persona para detener el consumo, aún cuando éste le esté ocasionando graves problemas en todas las áreas de su vida.
CONDUCTA DE BUSQUEDA: es un conjunto de comportamientos que el adicto desarrolla para asegurarse de tener la sustancia. A veces peligrosos y riesgosos, y siempre afectando a sí mismo y a otros.
OBSESION O PREOCUPACION EXCESIVA: respecto a cómo conseguir la sustancia, dónde consumir, qué inventar para poder hacerlo, cómo justificar todo lo relacionado a ello, pensando en la hora de terminar eso, o salir del trabajo para poder consumir, asegurarse de que tiene suficiente sustancia para el período en que tarde en conseguir más, etc. La obsesión acapara su interés, su energía y su pensamiento y otras áreas de su vida quedan totalmente desatendidas.
§ COMPULSIÓN: Se siente fuertemente impulsado a consumir una y otra vez, aún cuando esto tenga graves consecuencias.
Estos síntomas pueden presentarse con diferente intensidad y forma e intensificarse con el paso del tiempo, en la medida que la enfermedad progresa.
La adicción es una sola, lo que cambia es el objeto adictivo. Es decir, la persona es adicta al alcohol, a la marihuana, el tabaco, la heroína, cocaína, etc.
Sin embargo, en la siguiente sección haré una distinción entre adicción al alcohol (alcoholismo) y adicción a otras drogas, con el fin de explicar las diferentes anormalidades metabólicas y bioquímicas que se dan en uno y otro caso.
Existen también adicciones al sexo, al trabajo a la comida, al juego, pero en éste libro me enfocaré en las adicciones a drogas y alcohol.