Me llama fuertemente la atención esta tendencia que los seres humanos tenemos. Por una parte se manifiesta en el hecho de que casi siempre notamos lo que las personas a nuestro alrededor “hacen mal” o lo que la vida misma tiene de “malo”, según nuestra interpretación de lo que es bueno o malo.
Constantemente le hablamos a nuestros seres queridos de lo que no nos gusta, de sus defectos, de sus errores y muy pocas veces de lo que sí nos gusta y de sus cualidades. Nos enfocamos en su sombra en lugar de en su luz.
Si vamos a un negocio de cualquier tipo y nos dan un mal servicio, llamamos al gerente y nos quejamos, pero no les expresamos nuestro reconocimiento y gratitud a las personas cuando nos dan un buen servicio.
Así también, vemos como los medios de comunicación nos muestran constantemente y con lupa, el lado oscuro de la vida, de la sociedad y de los seres humanos y muy poco el lado luminoso. Al final de cada año, nos muestran un “resumen” del año que termina: cuántos asesinatos hubo, cuántos secuestros, robos de autos, a bancos a casas habitación, y otros aspectos del lado oscuro. Y yo me pregunto: ¿por qué no nos hablan de las cosas buenas que sucedieron en el año, es decir, del lado luminoso de la vida y de los seres humanos?
Hace poco coincidí con la doctora y escritora Ángela Marulanda, en un congreso al cuál ambas fuimos invitadas como expositoras, en el mes de noviembre del 2004. En esos días, andaba en boga la noticia de una madre que había asesinado a sus hijos.
Según me enteré, (porque yo desconocía la noticia hasta ese momento), cada noticiero y cada periódico la repetía una y otra vez, dando en cada ocasión más detalles del hecho. La doctora Marulanda decía: “Por cada madre enferma que asesina a sus hijos, hay millones de madres que los aman, los cuidan, superan muchos obstáculos y enfrentan grandes retos para sacarlos adelante. ¿Por qué no nos hablan también de esas madres, aunque sea de vez en cuando?
Vivimos en un planeta polar y por lo tanto tienen que existir ambas partes: frío, calor; oscuridad, luz; bondad, maldad; hombre, mujer; salud, enfermedad; día, noche; polo positivo, polo negativo; Así entonces, como decíamos en párrafos anteriores: es verdad que existen todas esas cosas oscuras y terribles, pero también las luminosas y maravillosas. No obstante, elegimos enfocar nuestra atención en la parte negativa y oscura de la vida.
Esta tendencia es pues, un importante factor que hace que los padres vivamos con tanto miedo y eduquemos a nuestros hijos con y a través del temor.