Temas para vivir mejor

POR EL BIEN DE TUS HIJOS… ¡Se feliz!


Si tú lees todos mis libros en los que toco temas de padres e hijos, probablemente encontrarás esta recomendación. Si tú asistes a todas mis conferencias, también es probable que la escuches.  Soy y seguiré siendo, una gran convencida de esta verdad, que hace años leí en algún escrito de Erick Fromm: “Lo que garantiza que seamos buenos padres, es ser padres felices”.

 

Algo muy bueno ha resultado de esta insistente recomendación, que estoy decidida a seguir proponiendo a los padres: sé de muchos casos en los que ésta ha disparado el interés  y las acciones concretas para ¡por fin! buscar  ayuda profesional y atender sus depresiones, miedos, angustias y conflictos; ¡por fin! realizar un proyecto de vida haciendo cosas que les gusten y con las que utilicen sus talentos; ¡por fin! decidirse a ocuparse de ese sueño abandonado por años; ¡por fin! realizar cambios creativos y saludables en diversas áreas de su vida.   Resultado: padres felices, de buen humor, motivados, satisfechos, e hijos seguros y contentos como consecuencia.

 

¡Qué maravilloso y formativo ejemplo para los hijos, ver que sus padres llevan a cabo acciones concretas para resolver sus problemas, para realizar sus sueños, para desarrollar sus talentos y crear de manera activa su felicidad.

 

No les hacemos ningún bien en cambio, cuando lo que ven en nosotros son seres amargados, infelices, insatisfechos y enfermos, y que además no hacen nada para remediarlo. Imagínate lo que será crecer al lado de una madre o padre, eternamente amargado, triste, angustiado, temeroso y frustrado y lo que será crecer al lado de padres maduros, seguros y felices. Comprobadísimo está por otra parte, que los hijos de cualquier edad se sienten culpables cuando ellos son felices y disfrutan la vida, mientras sus padres viven atrapados en una cárcel de sufrimiento e infelicidad.

 

En la separación o el divorcio, se vive una etapa muy difícil en la que estamos sumergidos en un revuelo emocional.  El duelo por el divorcio es real y duro, pero como todos los duelos, es posible superarlo y recuperar la esperanza y la alegría de vivir. Es responsabilidad de cada uno llevar a cabo las acciones necesarias para que así sea. Hay una diversidad de herramientas que nos ayudarán a sanar, como las que he propuesto en el capítulo 5 y que de manera sintetizada te recordaré a continuación:

 

  • Oración
  • Psicoterapia
  • Homeopatía
  • Flores de Bach
  • Ejercicio físico
  • Actividades artísticas como la pintura, el baile, el canto, el teatro, etc.
  • Contacto con la naturaleza
  • Reiki
  • Meditación
  • Aromaterapia
  • Musicoterpia
  • La lectura de libros que te ayudan a superarte
  • La convivencia con la familia y amigos y con personas positivas y sanas, etc.

 

El divorcio no es el fin del mundo (aunque cuando estamos en medio del dolor, nos parece que lo es).  Es un cambio radical sin duda alguna; la ruptura de muchos sueños presentes y futuros; la experiencia de pérdida que nos cimbra por completo. Pero también es una nueva perspectiva de la vida, un nuevo camino lleno de posibilidades, un resurgimiento. Hay que superar el dolor y seguir adelante, abrirle los brazos a lo nuevo que todo cambio nos trae… Hay que renacer.

 

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