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¿CÓMO AYUDAR A TUS HIJOS A DESCUBRIR SU VOCACIÓN?


 

¿CÓMO AYUDAR A TUS HIJOS A DESCUBRIR SU VOCACIÓN?

 

 

 

Todos venimos a la vida a realizar algo, a cumplir una función; a eso lo llamamos vocación, misión o propósito de la vida. El de cada uno es igualmente importante. Venimos equipados con la “caja de herramientas” necesaria para llevarla a cabo: el tipo de cuerpo, el tipo de voz, de procesos de pensamiento, de temperamento, habilidades, carga genética, talentos e intereses, adecuados y necesarios para realizar dicha vocación. Cuando somos niños sabemos cuál es, de hecho, jugamos a eso y soñamos con eso.

 

Hace unos días, una preocupada madre me comentó que su hijo adolescente estaba completamente “perdido” respecto a la elección de su carrera. En la escuela ya les habían dado apoyo en orientación vocacional e incluso lo había llevado a una consulta particular con un experto en el tema, pero su hijo seguía “perdido”.

 

Hace algunos años, yo estuve trabajando mucho en el área de orientación vocacional y siempre me sorprendió con tristeza el darme cuenta de que una gran cantidad de jóvenes no tienen la menor idea de qué es lo que quieren hacer en la vida o se encuentran muy confundidos entre diversas opciones. Esto se debe a ciertos factores que es necesario revisar y tener en cuenta, para que podamos ayudar a nuestros hijos a descubrir su vocación.

 

Un factor que confunde mucho a los jóvenes y los desconecta de esa claridad que tenían cuando niños respecto a su vocación, son los miedos y los prejuicios de los adultos que les rodean, especialmente los padres, que se reflejan en el expresar su desacuerdo o descalificación respecto a la actividad que a su hijo le atrae.

 

Entiendo la preocupaciòn de los padres: todos deseamos que nuestros hijos sean exitosos y sobre todo, felíces con su profesión u ocupación, y que esta les proporcione satisfacción, autorrealización y seguridad económica. No obstante, la manera en que intentamos lograr estos propósitos para ellos, no es la adecuada. Esta generalmente consiste en criticarlos cuando sus intereses no concuerdan con los nuestros y descalificar sus elecciones de mil formas, incluso “amenazándolos” con que, si estudia y se dedica a “eso”, va a fracasar y “se va a morir de hambre”

 

En realidad, es mucho más probable que fracasen, con todo lo que esto significa, si estudian y se dedican a lo que no les satisface.

 

Hace poco platiqué con unos padres cuyo hijo de 16 años es un pianista impresionante, e incluso comienza a componer música que ha sido alabada por sus maestros y hasta por el director de una orquesta sinfónica, quien está interesado en que en cuanto cumpla 18 años, se integre a su orquesta.  Aunque parezca increíble, los padres están preocupados y tienen miedo de que su hijo fracase: “es que por lo general los músicos se mueren de hambre. La carrera de música exige muchísimo esfuerzo y no se paga bien.” Me dieron ganas de confrontarlos con más intensidad de la que lo hice, porque les respondí:  “¡Por Dios señores!. Cómo es posible que tengan miedo de que su hijo fracase, ¡si ya está triunfando!. Y si en el futuro no tiene dinero, pues ustedes le dan un taco, ¡porque cuando su hijo toca el piano ve a Dios!  ¡Déjenlo en paz que siga adelante con su carrera, en lugar de estarlo agobiando con sus absurdas y tontas preocupaciones! Les dije con la intensidad que me surge en automático, cuando veo cosas tan, pero tan sin sentido como esta.

 

Deveras que a veces los padres no nos medimos en nuestras ridículas preocupaciones que agobian a nuestros hijos y no los dejan vivir en paz.

 

Cuando alguien está haciendo lo que va congruente con su vocación, lo hace bien y por lo tanto, el éxito, el reconocimiento y el dinero vendrán por añadidura. Y si no, de todas maneras será uno de los pocos seres humanos realmente  felíces, porque adoran lo que hacen y cuando lo hacen -como dije refiriéndome al joven pianista- “ven a Dios.”

 

Para ayudar a nuestros hijos a encontrar su vocación, es necesario que dejemos de emitir juicios absurdos sobre las diversas actividades y profesiones en la vida. Y en su lugar, apoyemoslos para responderse a sí mismos la siguientes preguntas: 

·      ¿Qué actividad, cuando la haces: se te dá fácilmente, la haces bien, y te sientes muy contento mientras la llevas a cabo?.

·      ¿Cuáles eran tus juegos favoritos cuando eras niño?

 

En la respuesta a estas simples preguntas, se encierra la clave para descubir su vocación. Cuando estamos realizándola, lo hacemos con pasión, perdemos el sentido del tiempo, se nos quita el hambre y el sueño y nos sentimos altamente satisfechos, motivados y felíces.

 

La vocación o misión de cada uno de nuestros hijos, es un acuerdo entre su alma y un poder superior, como quiera que le llamemos... ¿con qué derecho queremos los padres entrometernos y cambiarla? 

 

 

 

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