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¿CÓMO AYUDAR A TUS HIJOS A SUPERAR SU COMPLEJO DE INFERIORIDAD?


¿CÓMO AYUDAR A TUS HIJOS A SUPERAR SU COMPLEJO DE INFERIORIDAD?

 

 

Podríamos definir un “complejo de inferioridad”, como un conjunto de sentimientos y creencias de valer menos que los demás. El complejo de inferioridad y la baja autoestima van siempre de la mano y ambos se gestan desde que somos niños.

 

Para un pequeño, lo que dicen sus padres y los adultos significativos para ellos, es la verdad absoluta. En esta etapa de la vida no tenemos la capacidad de discernir y formular pensamientos abstractos como: “mamá/papá me acaba de decir que soy un niño insoportable y horroroso, pero no lo soy; me lo dice porque tiene muchos problemas en el trabajo, o le duele la cabeza.”  El pequeño simplemente introyecta lo que se dice sobre él y esto se convierte en la única verdad.  Todo lo que una criatura escucha sobre si misma, va formando su autoconcepto. Y así, de tanto oír que es “malo” (cualquiera que sean las palabras con las que se le exprese), se va convenciendo de que no vale.  

 

Así también, algunos actos de los padres le mandan a un niño el mensaje de “me importas menos que otros, te amo menos, vales menos”. Por ejemplo, cuando a un hijo le hacen una gran fiesta de cumpleaños y al otro no; cuando a uno siempre le compran ropa nueva y al otro siempre le toca la ropa usada y vieja que van dejando los otros;  cuando por la misma conducta a uno se le pega o castiga y al otro se le permite y no se le hace nada; cuando a uno siempre le creen los chismes que da sobre su hermano y al otro nunca le creen; cuando se le había prometido llevarlo a cierto lugar, y con la mano en la cintura no se le cumple porque surgió algo “más importante”, etc. etc.

 

Sobra explicar cómo todas estas palabras y actitudes de los padres van dejando impregnado en el hijo el mensaje de que no es suficientemente valioso, generándose así un complejo de inferioridad.

 

La tendencia natural e inconsciente cuando nos convertimos en adultos, es compensar ese complejo de inferioridad volviéndonos exitosos, obteniendo logros, y destacando de alguna manera en diversas áreas de la vida.  Esta sería en todo caso, una forma sana de resolver nuestro complejo de inferioridad.  Pero lamentablemente esto no es lo que a todos les sucede.  Para muchas personas este se vuelve como un tatuaje que lleva pegado a si mismo durante toda la vida, y se convierte en una cárcel que le impide salir adelante y tener éxito en las relaciones, la profesión, la economía y en toda su vida en general.

 

Ya sea que la persona adulta sea capaz de compensar su complejo de inferioridad con logros, o no, este le hace sufrir, le causa pena y dolor y le hace la vida mucho más difícil.

 

Algunos padres tratan de ayudar a sus hijos a superar su complejo de inferioridad presionándolos para que hagan ciertas cosas o criticándolos por ser como son, tal como una madre hacía con su niña, a quien constantemente le decía:  “¿Que no te molesta ser tan ´poquita´”? acompañando sus palabras con un tono de voz y un lenguaje corporal realmente humillantes. Es más que obvio que la presión o la crítica no sirven más que para reforzar y empeorar el problema.

 

Lo que si puede ser eficaz para ayudar a tu hijo a superar su complejo de inferioridad, es llevar a cabo acciones como las siguientes:

 

  • Háblale de lo que sí hace bien, de lo que sí te gusta de él/ella. Dile muchas cosas positivas y valiosas sobre si mismo, pero nunca las inventes, porque mentir sobre esto es peor que no decirlo.  Exprésale solamente lo que en verdad creas.
  • Enrólalo en actividades extraescolares, que vayan de acuerdo a sus intereses, habilidades y talentos, porque en ellas experimentará muchas veces la sensación de logro, capacidad y éxito.
  • Cuando le llames la atención no necesitas humillarlo y criticarlo.
  • Cuando le llames la atención usa un lenguaje “temporal”, en lugar de uno “permanente”, por ejemplo: “limpiaste el baño muy mal”  en lugar de: “eres un cochino”. “me dijiste que ya habías terminado la tarea y es mentira”  en lugar de “eres un mentiroso”.
  • Motívalo de manera amorosa y respetuosa, para que se atreva a hacer cosas o enfrentar situaciones que le asustan, haciéndole saber que se sentirá increíblemente bien y orgulloso de si mismo después de haberlo hecho, ayudándole a ver que ahí estás tú apoyándolo para lo que necesite. También ayúdale a tomar consciencia de los siguientes factores, ya que el hacerlo nos sirve enormemente para perder el miedo a enfrentar ciertas cosas o por lo menos para bajarlo de intensidad: ¿qué es lo peor que puede pasar si te atreves a hacerlo? ¿en caso de que sucediera, te das cuenta de que no es el fin del mundo?, etc.
  • Ámalo incondicionalmente. Hazle saber que sea como sea y  si las cosas le salen bien o se equivoca, de todas maneras lo amas.

 

Ningún ser humano debería ir por la vida sintiéndose inferior a otros, porque no lo es.  Haz a tus hijos el gran favor de convencerse de ello.

 

 

  

 

 

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